viernes, junio 16, 2006

Espejismo




Le contaron al gobernante de un país que todas las mañanas un hombre, al parecer loco, llegaba arrastrando sus andrajos hasta el borde de un basural de las afueras de la ciudad, instalaba ahí un fogón de piedras y se ponía a preparar sus alimentos en una olla; que en realidad la olla siempre estaba vacía y que después el hombre fingía verter parte de los imaginarios alimentos en un plato y simulaba comer. El gobernante, transpirando de sospechas, decidió ver al hombre.

A la mañana siguiente, luego de observar oculto y a cierta distancia lo que hacía el hombre hasta el instante en que se llevaba la primera cucharada a la boca, el gobernante salió de su escondrijo y se acercó, seguido por el silencio de su numerosa comitiva.

-Soy el que gobierna este país- le dijo al hombre.

Sentado al pie del humilde fogón, el hombre levantó la mirada y observó al gobernante, pero no dijo nada. En seguida cogió la olla y otro plato, simuló verter en éste un poco del supuesto contenido de la olla y añadió
una cuchara.


-Sírvase señor- le ofreció el plato al gobernador.

Convencido de que el hombre estaba loco, el gobernante hizo una mueca de enojo y resueltamente comentó:
-Esto es una locura- y se alejó de prisa.


Y no pudo oír que el hombre decía, con voz fatigada y triste:
-No es locura, señor; es pobreza.



(Antonio Gálvez Ronceros: "Espejismo", en "Historias para reunir a los hombres". Citado por Javier Mariátegui en "Salud Mental y Realidad Nacional")


4 comentarios:

Laura Martillo dijo...

Estupendo rescate para un blog.

Piuke dijo...

Una historia simple que refleja una problemática cruel e injusta. un hombre que no tiene nada y aún así comparte...conmovedor.
Saludos

Anónimo dijo...

Los Espejismos yo se bien que ud. lo va a tomar como una vision mas cientifica bueno en el desierto de jerusalen no es nada extraño ver espejismos propicionados por el que engaña a los viajantes en fin--muy bello su blog aplausos!.

LR dijo...

buenisimo.